Peter o Piter, como llaman familiarmente sus ciudadanos a San Petersburgo, Petrogrado o Leningrado —según los cambios de nombre que le ha dado el gobierno—, ha sido y es una ciudad importante en el desarrollo de los acon- tecimientos políticos e intelectuales de Rusia. San Petersburgo, antigua capi- tal imperial nacida por odio a Moscú, está recuperando su viejo esplendor tras años de abandono gubernamental, gracias al apoyo de Vladimir Putin, quien nació en ese lugar. Su gran actividad industrial y comercial, así como ser el mayor puerto marítimo y fluvial intrafronterizo, la han convertido en un punto clave de articulación con Europa.
El libro es un recorrido por la ciudad y su tejido social, acercándose a la vida de sus habitantes desde el interior de sus hogares. Es también un acerca- miento a Rusia, a esa nación tan vieja pero a la vez tan joven que nació como tal en 1991, asentada sobre las bases de la desmembrada Unión Soviética. San Petersburgo desborda belleza y riqueza, su centro monumental con aromas del viejo continente es el mayor atractivo turístico del país, al que peregrina con devoción el pueblo ruso; sin embargo, en sus austeras periferias se entre- mezclan los nuevos bloques habitacionales con la voraz especulación ur- banística