Entre sonidos antiguos y piedras que emanan de otro tiempo, Tomás Casademunt emprende con su cámara un viaje por la ruta Puuc, la ruta por el “conjunto de colinas”, en la península de Yucatán. Como “cosmonauta fortuito en un planeta remoto” va descifrando quiénes eran de verdad aquellos mayas que construyeron el calendario más exacto, quiénes eran aquellos modernos visionarios. A la luz de la luna frente a los palacios mayas, ante las mismas constelaciones que rigieron los destinos del México Antiguo; en el que lo metafísico formaba parte del cosmos, lo visible y lo invisible, el significado de las cosas que componen el mundo.
Maya Puuc nos descubre veintiocho inquietantes imágenes en blanco y negro, tomadas en placa de 18 por 24 centímetros. Entre estas fotografías se intercala el diario íntimo de viaje, escrito al son de las fases de la luna, ilustrando un periplo tan personal como revelador. Las exposiciones fotográficas, de 60 minutos, nos muestran las ruinas tal y como mil quinientos años antes las debieron de contemplar los moradores de aquellas colinas del Yucatán.