Esta serie constituye un retrato íntimo de Arminda, una mujer que vive con un diagnóstico de esquizofrenia paranoide. A través de estas imágenes, la fotógrafa Ana Hop explora la lucha cotidiana de su tía con una enfermedad mental que, aunque hoy se aborda con mayor apertura, durante mucho tiempo fue un secreto familiar.
El proyecto expone las restricciones impuestas por su diagnóstico —como la imposibilidad de trabajar o mantener una vida social activa— y busca generar una reflexión sobre la invisibilidad del sufrimiento mental. Más que un documento personal, como señala la autora, esta obra se erige como una declaración sobre la urgencia de visibilizar el dolor, la marginación y los estigmas que aún persisten en torno a quienes viven con enfermedades mentales.