Rodeándonos de rituales más o menos complejos pretendemos obviarel hecho innegable que, tarde o temprano, todos escucharemos a la Muerte susurrándonos al oído las palabras «Nemini Parco» («A nadie perdono»).
Hay creyentes, agnósticos y ateos con respecto a las divinidades, pero enningún caso nadie duda de la existencia de la Muerte. Para que ese temor no ensombrezca permanentemente nuestro alma, en la oscuridad de la ignorancia buscamos constantemente una chispa de esperanza.
Con imágenes sugerentes y visualmente muy contundentes, el trabajo del fotógrafo Jesús Monterde, lejos de ser un canto a la muerte, pretende ser un reclamo a la vida, a la lucha esperanzada que todos sostenemos diariamente para no olvidarnos de buscar un rayo de luz en medio de tanta oscuridad. Y quizá encontrarlo.