Este libro recoge un estudio que se llevó a cabo entre los años 2008 y 2014, el cual profundiza en el vínculo de dependencia que el ser humano ha creado con el entorno urbano, y cómo tras tomar conciencia de esta relación opresora que lo aleja de su propia esencia, se libera de ella para retornar a un estado primitivo, en contacto directo con la naturaleza.
Esta evolución queda articulada a través de cuatro bloques complementarios: el hombre, la ciudad, el colapso de la línea recta y el retorno hacia la naturaleza. El hombre, que aparece uniformado con trajes oscuros, tiene el poder creador pero está sometido por un entorno diseñado y domesticado por él mismo para sentirse protegido frente a posibles amenazas externas. Esta falsa sensación de seguridad le lleva a perder el vínculo consigo mismo y a deambular desorientado dentro de su propio laberinto.
La ciudad pasa a convertirse en una prisión donde los pasos de cebra representan la última y más perfeccionada depuración del signo urbano, capaces de articular y musicalizar el tránsito diario del hombre.
El colapso surge cuando el ser humano toma conciencia de que las líneas rectas utilizadas para construir su propio refugio son los mismos barrotes que lo retienen. Para fugarse, renuncia al peso de la materia que lo condena a la realidad al fundirse con el asfalto y comienza el viaje de vuelta a casa, hacia la naturaleza.